Cebolla:
Historia.
La
cebolla o Allium cepa L. es una hortaliza de la familia de las Liliaceae. Su
bulbo es comestible y presenta una estructura globosa, esférica o elipsoidal,
de un diámetro que oscila entre los 3-10 cm, pesando de media entre 100-250 g.
Su interior está formado por capas gruesas, carnosas, donde se acumulan los
nutrientes de la planta y protegidas por membranas finas, secas, delgadas
y semitransparentes. Las tonalidades que
adornan el interior varían del blanco al amarillento, aunque dependiendo de la
variedad se pueden dar colores violáceos o rojizos. Su sabor es algo picante,
pudiendo encontrarse también cebollas dulces.
La
cebolla posee un origen incierto ya que diferentes estudios han señalado Asia
Occidental y el Norte de África como posibles lugares de nacimiento de esta
hortaliza, concretamente en zonas de Persia, India o Egipto, respectivamente.
Los primeros vestigios de consumo humano se remontan a estos dos últimos
países, hace más de 5.000 años. En India un tratado médico llamado
Charaka-Sanhita la propone como excelente diurético y remedio contra
enfermedades cardíacas, oculares o de las articulaciones. En Egipto eran muy
valoradas e incluso algunos expertos establecen hipótesis en las que se ofrece
la cebolla como uno de los alimentos principales en la dieta de los
trabajadores de las pirámides, junto con ajos y puerros; utilizándose también
durante los sacrificios y funerales a modo de ofrendas.
Griegos
y romanos utilizaron esta hortaliza para alimentar a sus tropas de combate en
la creencia de que otorgaba fuerza en las batallas cuerpo a cuerpo. Serían
estos últimos los que introducirían el consumo de cebolla en el resto de países
ribereños del Mediterráneo, propagando y desarrollando su cultivo durante la
época de dominación imperial.
Durante
la Edad Media los ejemplares plantados presentaban bulbos grandes a partir de
los cuales se especializaron las variedades que se comercializan en la
actualidad.
Al
igual que con otras hortalizas y verduras, la cebolla llegó al continente
americano a través de los españoles en los primeros tiempos de conquista, por
su poder de conservación necesario para hacer frente a los largos viajes
trans-oceánicos de finales del siglo XV. La facilidad para cultivar esta planta
en los climas templados americanos hizo que se incorporara con rapidez a la
cocina americana.
Uso:
congestión de los órganos pelvianos en
la mujer y prostatismo en el hombre.
Enfermedades
infecciosas; convalecencia; astenia.
Trastornos
cardiacos; hipertensión; arteriosclerosis.
Resfriados,
gripe, bronquitis y tos.
Digestiones
lentas y flatulencia con hipoclorhidria (disminución de jugos gástricos, pero
se desaconseja en caso de hiperclorhidria y ardores).
Composición por 100 g (Aprifel)
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43 kcal
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89 %
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7,1 %
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0,2 %
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1,3 %
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2,1 %
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25 mg
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10 mg
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170 mg
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0,3 mg
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7 mg
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0,06 mg
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0,3 mg
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0,14 mg
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0,02 mg
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0,14 mg
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